La Vigorexia se puede definir como un deseo intenso y desmesurado por desarrollar una musculatura hipertrófica y llamativa. Este tipo de conducta esta dentro del espectro obsesivo-compulsivo.
Se considera un trastorno nuevo en el que la persona afecta tiene un deseo de ganar masa magra, no grasa, y una alteración de la imagen corporal, por lo cual se ven pequeños y débiles cuando realmente eran grandes y musculosos.
Los sujetos afectados tienen pensamientos obsesivos sobre su cuerpo y realizaban una práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo.
Su vida psicológica y social se veía afectada porque prefieren estar todo el tiempo en el gimnasio o evitan situaciones donde los demás puedan ver lo poco musculosos que estaban. Además, la dieta es muy estricta y la suplementan con sustancias proteicas, “quema grasas” u hormonas anabolizantes.
El/la vigoréxica dedica mucho tiempo de su vida al ejercicio físico, convirtiendo este no en una fuente de salud y bienestar, sino en un problema. Exigiéndose cada vez mas y llegando a producirse lesiones.
Es mas frecuente, como casi todos los problemas alimentarios y de la imagen corporal en adolescentes/jóvenes varones, siendo mucho mas rara en mujeres
Los afectos de este trastorno siguen dietas monótonas y muy estrictas, a las que les asocian de forma clandestina anabolizantes, para conseguir aumentar la masa muscular de forma mas rápida e intensa. Pese a los esfuerzos que realizan estas personas viven en una permanente insatisfacción.
En España las estimaciones que se han propuesto los sitúan a los afectados en torno a los 20.000. Teniendo en cuenta que somos 42 millones, la tasa de prevalencia sería de 0,048% en la población general, si consideramos que afecta principalmente a hombres, afectaría a 1 de cada 2.000. Otras estimaciones señalan que de los 700.000 casos de anorexia que puede haber en España el 10% serían varones y de estos 1/3 habrían llegado a la anorexia desde la vigorexia.
Si bien se ha comprobado la existencia de trastornos en los niveles de diversas hormonas y neurotransmisores presentes en la transmisión nerviosa, los principales factores desencadenantes involucrados son de tipo cultural, social y educativo, a los que estas personas están expuestas continuamente.
Por ello, el tratamiento debe enfocarse a modificar la conducta y la perspectiva que tienen sobre su cuerpo.
El entorno afectivo cumple una función muy importante en su recuperación, al brindarle apoyo cuando intentan disminuir su programa de ejercicios a rutinas más razonables.
Es necesario disminuir el entusiasmo y la ansiedad por la práctica deportiva intensa, logrando que se interesen por otras actividades menos nocivas para su cuerpo.
El hecho de desear la imagen corporal ideal no implica necesariamente que la persona padezca algún trastorno psicológico, pero sí es necesario controlar el desarrollo de sus actividades físicas, ya que es más propensa a padecer vigorexia.
Asociado a este trastorno existe la llamada ORTOREXIA Este trastorno fue definido en el año 2000 por Steven Bratman. Es un término que procede del griego (ortho, justo, recto, y orexia, apetencia), así que ortorexia vendría a significar “apetito correcto”, aunque hoy en día denominamos así a un trastorno que consiste en la obsesión por la comida sana.