El trastorno de conversión es una forma expresar ciertas alteraciones mentales en forma de síntomas físicos (somáticos). El trastorno de conversión tiende a aparecer durante los últimos años de la infancia o el comienzo de la edad adulta, aunque puede aparecer a cualquier edad. Es más frecuente entre las mujeres.
A menudo, los síntomas del trastorno de conversión aparecen bruscamente y el inicio puede estar relacionado con un suceso estresante. Típicamente, los síntomas incluyen déficits aparentes de la función motora voluntaria o sensitiva, pero a veces incluyen movimientos temblorosos y consciencia deteriorada (lo que sugiere convulsiones) y posturas anormales de las extremidades (lo que sugiere otro trastorno neurológico o físico general). Por ejemplo, los pacientes pueden presentar deterioro de la coordinación o el equilibrio, debilidad, parálisis de un brazo o una pierna, pérdida de sensibilidad en una parte del cuerpo, convulsiones, falta de respuesta, ceguera, diplopía, sordera, afonía, dificultad para tragar, sensación de una masa en la garganta y retención urinaria.
Los pacientes pueden haber sufrido un único episodio o episodios repetidos esporádicos; los síntomas pueden cronificarse. En general, los episodios son breves.
El diagnóstico del trastorno de conversión se plantea solo después de que el examen médico completo y las pruebas hayan descartado la existencia de trastornos neurológicos o médicos que puedan explicar completamente los síntomas y sus efectos. Una característica importante es que los síntomas y signos no se condicen con una enfermedad neurológica.
Por ejemplo, quizá no concuerdan con las distribuciones anatómicas (p. ej., déficits sensoriales que involucran partes de múltiples raíces nerviosas), o los hallazgos pueden variar en los diferentes exámenes o cuando se evalúa de diferentes formas, como en lo siguiente:
Además, para cumplir con los criterios de este trastorno, los síntomas deben tener una intensidad suficiente como para provocar angustia o interrumpir el funcionamiento social, laboral o de otro tipo.
CONSEJO: LA PALABRA HISTÉRICO NO ES UN INSULTO NI UNA DESCRPCION DE UNA RAREZA. SE TRATA DE UNA ENFERMEDAD MENTAL MUY COMPLEJA, INCAPACITANTE Y DE DIFICIL DIAGNOSTICO.