Es una afección psiquiátrica no excesivamente frecuente y muy compleja, cuya denominación tiene un tono peyorativo coloquialmente, ya que se asocia a conductas de irritabilidad, cambios de humor rápidos, episodios de agitación o descontrol emocional y comportamientos manipulativos.
La histeria con esa denominación ha desparecido de las clasificaciones psiquiátricas actuales, pasando a denominarse de otra manera y a subdividirse en dos tipos o variantes muy difernetes:
El diagnostico como casi siempre en psiquiatría es clínico, esto es, hay que hablar con la persona, observar su conducta y valorar longitudinalmente el comportamiento. Hay dos entidades clínicas que ahora recogen lo que antes se incluía en la palabra histeria.
Es una afección psíquica en la cual una persona presenta perdida de funciones sensoriales o motoras como: ceguera, parálisis, anestesia, sordera, mutismo u otros síntomas (casi siempre neurológicos) que no se pueden explicar por medio de una valoración médica.
El otro subtipo de lo que antes se denominada histeria es el trastorno disociativo cuya característica esencial consiste en una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno. Esta alteración puede ser repentina o gradual, transitoria o crónica.
Estamos ante una enfermedad psiquiátrica muy compleja que requiere siempre un tratamiento especializado. Psiquiatras y psicólogos deben trabajar conjuntamente para buscar los posibles factores etiológicos y disminuir las crisis y síntomas invalidantes.
CONSEJO: LA PALABRA HISTÉRICO NO ES UN INSULTO NI UNA DESCRPCION DE UNA RAREZA. SE TRATA DE UNA ENFERMEDAD MENTAL MUY COMPLEJA, INCAPACITANTE Y DE DIFICIL DIAGNOSTICO.