Claustrofobia

Trastorno de Claustrofobia

¿Qué es el trastorno de Claustrofobia?

Literalmente quiere decir temor o miedo intenso a los lugares cerrados. Va muy frecuentemente asociada a otras fobias, ataques de pánico e incluso a su opuesto como es la agorafobia. La claustrofobia es un trastorno psiquiátrico y se apuntan diversas teorías sobre su origen. Algunos estudios mostraron que la estructura cerebral encargada de la respuesta al miedo, la llamada amígdala cerebral tenía un menor tamaño en pacientes con fobia, provocando reacciones exageradas ante situaciones de miedo. no obstante, muchos psiquiatras y psicólogos afirman que la claustrofobia puede ser debida a una experiencia traumática, probablemente en la infancia, en la que la exposición a un espacio cerrado se asoció a una situación de miedo. Esa asociación queda fijada en la mente del paciente y puede reaparecer a cualquier edad.

Los factores o experiencias desencadenantes pueden haber sido quedarse encerrado en una habitación a oscuras, caer en una piscina sin saber nadar, perderse en la multitud, quedarse atrancado en algún sitio estrecho, quedarse solo en un vehículo, etc.

Síntomas de la claustrofobia

Para decir que una persona padece claustrofobia no basta con que ésta se ponga algo nerviosa en un ascensor o en un túnel, se precisan una serie de criterios:

  • Temor severo y persistente, excesivo o irracional ante la presencia o anticipación de la situación de hallarse en un espacio cerrado.
  • La exposición al estímulo fóbico (estar en un espacio cerrado) provoca siempre una respuesta ansiosa inmediata que puede derivar en una crisis de ansiedad.
  • La misma persona admite que el temor es excesivo o irracional.
  • La persona intenta evitar estar en espacios cerrados y si lo está es con ansiedad o malestar intensos.
  • Los síntomas deben durar más de seis meses si el paciente es menor de 18 años.
  • Los síntomas no se pueden explicar mejor con otro trastorno psiquiátrico, como trastorno obsesivo compulsivo, trastorno por estrés postraumático, agorafobia con o sin ansiedad o fobia social.

Ante la exposición a un espacio cerrado o la mera anticipación a dicha situación, el paciente claustrofóbico presentará temor bien a quedarse encerrado o bien a ahogarse por falta de aire. Esto suele derivar en un estado de ansiedad con sudoración, palpitaciones, opresión torácica y sensación de ahogo. Muchos claustrofóbicos se desabrochan chaquetas, camisas y corbatas pensando que eso les mejorará la entrada de aire.

Existen algunas herramientas para evaluar la claustrofobia de un paciente, como la escala de claustrofobia, que evalúa los niveles de ansiedad del paciente mediante 20 preguntas, o el cuestionario de claustrofobia, un test de 24 ítems que permite diferenciar los síntomas de miedo al ahogo o al encierro. Es importante descartar otras patologías psiquiátricas o neurológicas asociadas a los síntomas de claustrofobia.

Tratamiento para la claustrofobia

El tratamiento de las fobias en general y de la claustrofobia en particular se puede abordar desde diferentes puntos.

  • Farmacológicamente se pueden prescribir antidepresivos o ansiolíticos de base al paciente para mantener sus niveles de ansiedad bajo control, así como medicación ansiolítica de rescate, por ejemplo, Alprazolam o Loracepam, en caso de sufrir una crisis de ansiedad desencadenada por una situación potencialmente claustrofóbica. Sin embargo, como con la mayoría de trastornos psiquiátricos, no basta con el tratamiento farmacológico.
  • La terapia conductual suele ser efectiva, especialmente en pacientes que temen no tanto estar en dichas situaciones sino lo que les puede llegar a suceder de estar en ellas. El tratamiento busca modificar las impresiones y pensamientos erróneos atribuidos a esas situaciones, de manera que disminuya la ansiedad y la necesidad de evitar dichas situaciones.
  • La exposición in vivo consiste en hacer que el paciente se exponga lentamente y de forma gradual a su miedo a los espacios cerrados, llevándole cada vez a situaciones con mayor potencial claustrofóbico. Se ha demostrado que este método, pese a ser lento, es efectivo en alrededor del 75% de los pacientes claustrofóbicos.
  • La exposición interoceptiva es un método que busca recrear las sensaciones físicas del paciente cuando se halla en una situación claustrofóbica, pero en un entorno seguro y controlado, con la misma intención que la exposición in vivo, pero sin poner al paciente en la situación temida. La percepción negativa y el miedo ante dichas situaciones mejoran aproximadamente en un 25% de los pacientes tratados mediante este método.

No existen medidas preventivas específicas contra la claustrofobia. No obstante, si familiares o amigos de una persona detectan conductas que puedan ser compatibles con dicho trastorno, es importante que insten al paciente para que contacte cuanto antes con un especialista.

CONSEJO: EL NO ABORDAR UNA CLAUSTROFOBIA TIENE COMO RESULTADO AUMENTAR LA INCAPACIDAD DE LA PERSONA, Y QUE LOS MIEDOS SE HAGAN CADA VEZ MAS INTENSOS Y VARIADOS.

¡No se agobie innecesariamente, su problema puede tener solución!

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