30 Mar Salud mental si, chamanismo no
Estoy convencido, y creo que sería de necios negarlo, que en la vida siempre hay problemas y conflictos, a veces tan serios y graves que nos colocan en una pésima situación anímica, y que incluso pueden llegar a provocar enfermedades como son la ansiedad, la depresión, el descenso inmunitario, etc.… Situaciones capaces de provocar un sufrimiento intenso, una discapacidad importante y una pérdida de la calidad de vida.
Es incuestionable que la adversidad y la desdicha pueden ser inoportunos y pertinaces compañeros de viaje, sobre todo para algunas personas que, sin saber muy bien el porqué, se sienten (y probablemente lo sean) injustamente maltratados por la vida y por el destino. Y lo peor es que no tenemos explicación médico-científica para ello, pero es cierto, aunque algunos “expertos” sigan insistiendo en que todo está en nuestra mano, que podemos conseguir lo que pretendemos y cambiar nuestra vida solo con tesón y trabajo, que la realidad no es así, que hay personas que concentran la desdicha y la calamidad. Probablemente hay factores genéticos (personalidad) y epigenéticos (ambiente en la infancia) que nos pueden explicar lo que acontece. Pero también existe lo que llamamos destino, azar, casualidad, suerte, etc. que cuentan y mucho a la hora de perfilar nuestra trayectoria vital.
Nadie puede negar que desde el nacimiento empieza la fatídica e inexorable cuenta atrás hacia la muerte, destino final de todos nosotros y sobre el que hasta una cierta edad ni siquiera pensamos. Tampoco podemos cuestionar que la “inteligencia abstracta y la emocional” no se reparten siempre por igual, y que hay algunas personas que tienen muy poca, y que por lo tanto serían mucho más vulnerables al estrés y al fracaso.
Ahí va nuestra primera afirmación contraria a la tendencia más generalizada: no todo el mundo que quiere puede, ni todo el que se propone una meta la alcanza. Lamento si se siente incómodo al leerla. Deseo que tengan claros mi objetivo y mi forma de pensar.
Hay personas que tienen alteraciones o enfermedad psiquiátricas, es decir no poseen salud mental suficiente. Y sin ello es muy difícil conseguir llegar a ninguna meta. Le animo a que pierda el miedo a la psiquiatría, que recuerde siempre que es una especialidad médica como otra cualquiera, y que, aunque haya malos profesionales como ocurre en cualquier rama del saber, ello no debe ser motivo para rechazarla y huir de ella. En el video insisto sobre el tema.
Lo que me parece infumable es seguir acudiendo, y animando a que otros lo hagan, creyendo que “meigas, videntes, curanderos, charlatanes, etc.…” tienen poderes sobrenaturales, llegan a afirmar que “ellos” (los chamanes) y no los médicos son los que curan, comentario, por cierto lanzado por una señora en un mitin del Partido Popular en Madrid hace solo unos días. Me parece una situación impresentable desde el punto de vista técnico, peligroso desde la óptica sanitaria e incomprensible desde el sentido común.
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