Las repercusiones de la violencia en la salud mental son muy diferentes no solo según el momento vital en el que esta pueda aparecer, sino también estará condicionada en función de variables sociodemográficas diversas.
Obviamente no tendrá la misma trascendencia si es una violencia puntual que si esta es habitual; tampoco repercute de forma diferente si se produce intrafamiliarmente (lugar de protección y acogimiento) que si aparece fuera de dicho ámbito; hay notorias diferencias sin duda si la víctima es un niño, un adolescente o un anciano.
Todo ello requiere un estudio pormenorizado y tener presente que no este problema requiere una visión multidisciplinar ya que es un problema complejo y donde se implican factores muy diversos.
La infancia tiene unas connotaciones muy significativas por lo que a las repercusiones de la violencia sobre la salud mental de la victima. Las podemos resumir en los siguientes puntos:
La adolescencia es en si misma una etapa critica o de cambios importantes, si durante este momento vital tan especial el adolescente es víctima de violencia externa, ello puede dar lugar entre otras a las siguientes situaciones:
En la vida adulta la violencia sufrida produce severas alteraciones en la salud mental del espectro depresivo ansioso. Entre las mas importantes están las siguientes:
Durante la senectud el sufrir violencia es un elemento muy negativo ya que puede agravar patologías previas o crear estados de difícil resolución
La forma de abordar las repercusiones de la violencia en la salud mental son diversas pero se puede resumir en tres grandes apartados