18 Abr Querer…no siempre es poder
“Querer… no siempre es poder”
La llamada PSICOLOGÍA POSITIVA nos viene a decir que, a través de la psicoterapia, conseguiremos felicidad y del bienestar”. Pero LA VIDA nos lo pone difícil, y siempre hay problemas y conflictos, a veces tan serios y graves, que nos colocan en una pésima situación anímica, y que incluso pueden llegar a provocar enfermedades como: la ansiedad, la depresión, trastornos alimentarios, disfunciones sexuales, descenso inmunitario, etc.…
Hay situaciones vitales capaces de provocar un dolor agudo, un sufrimiento intenso y una discapacidad importante. Es incuestionable que la adversidad y la desdicha pueden ser inoportunos y pertinaces compañeros de viaje, sobre todo para algunas personas que, sin saber muy bien el porqué, se sienten (y son) injustamente maltratados por la vida y por el destino.
Hay “expertos” sigan insistiendo en que todo está en nuestra mano y que podemos conseguir lo que pretendemos y cambiar nuestra vida sólo proponiéndonoslo. Pero yo pienso que: “No todo el mundo que quiere puede conseguir lo que se propone”. Este “Buenismo”, muy de moda últimamente, afirma con osadía y rotundidad que todos podemos conseguir las metas que nos hemos propuesto. Que todo en la vida es cuestión de tesón y voluntad, cargando el acento en el individuo y minusvalorando el entorno, el destino, el ambiente, lo que ahora se llama epigenética; es decir, “él quiere puede”.
Hay personas que se acomplejan, se frustran y derrumban con esos mensajes en los que se repite machaconamente: “él quiere puede”, dándolo como verdad universal e infalible. Si no puedo conseguir un objetivo, es porque no me esfuerzo suficientemente y no pongo todo lo que está de mi parte, por lo tanto, soy un vago o un displicente”. Conclusión, se consigue con mensajes teóricamente “positivos”, lastimar y traumatizar a un número importante de personas, herirles y marcarles destruyendo su autoestima.
Nuestra materia cerebral tiene una gran “plasticidad”, es decir, una gran posibilidad de transformarse, de modificarse, y por lo tanto de adquirir nuevas habilidades y hábitos diferentes a lo largo de la vida. Y aunque no haya nuevas neuronas y a lo largo del tiempo lo que se produce es una disminución gradual de las que tenemos, la capacidad de producir nuevos enlaces y sinapsis se mantiene siempre.
Es posible, parcialmente al menos, modelar nuevos enlaces aun a edades avanzadas, pero para conseguir el deseado cambio y modificar de forma significativa la conducta, además de una buena materia prima, es necesario un entrenamiento adecuado y constante. Ahí está quizá el secreto de lo que algunos llaman ÉXITO: tenacidad, curiosidad e ilusión. Es decir, hace falta que la biología se alíe con el destino y entonces sí puede florecer el bienestar y lo que llamamos felicidad.
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