Peligro de los gurús, influencers…para la salud mental

Peligro de los gurús, influencers…para la salud mental

El peligro de los «gurús», influencers y otros «charlatanes» para la salud mental.

Con la llegada de las Redes Sociales (RRSS), se ha producido un fenómeno complejo a la vez que peligroso, como es la pseudodivulgación de los conocimientos técnicos, sobre todo en medicina, aspecto este que me afecta directa y personalmente.

Esta afirmación no es gratuita ni tampoco es un cuestionamiento de las redes sociales, sino de quien las utiliza. No es una crítica al medio de interrelación y comunicación, sino a aquellos que se asoman a las redes para decir lo que quieren sin el menor rigor, pudor, ni evidencia científica.

Hoy cualquiera, y digo bien cualquiera, puedo volcar en las RRSS una información que por azar puede convertirse en “viral”, es decir, ser vista y oída por millones de personas, de tal manera que pasa a ser una “tendencia” y por lo tanto se incorpora al conocimiento popular. Y este es el peligro, que muchos de los llamados influencers no tienen ni el mérito ni la capacidad para hablar de lo que hablan, ni para decir lo que dicen. Pero la ignorancia es muy atrevida como rezan muchos proverbios, y los nuevos “chamanes” del siglo XXI son capaces de seducir y manipular a los más crédulos, y a veces, y lo que es peor, a los más desesperados.

Los entrenadores emocionales, los pseudoexpertos, los “todólogos”, los terapeutas holísticos, los sanadores del espíritu, los coach… se prodigan en las Redes hablando de todo y, lo que es peor, al gusto de todos. Dicen lo que queremos oír, lo que gusta escuchar, y bajo un disfraz de terapia, lanzan consignas muy dañinas, sobre todo para los más incautos e inmaduros hablando del: autocuidado, empoderamiento emocional, autoestima, superación personal, gestión de emociones, autodesarrollo, y así podríamos ir citando un cúmulo de palabras, en la mayoría de los casos vacuas e impertinentes.

El fracaso de los gestores sanitarios les ha dado alas, y se han convertido muchos de ellos en contertulios de televisión, asesores de la llamada prensa del corazón, mentores de políticos e incluso en recursos humanos de empresarios y emprendedores. Las listas de espera, la falta de tiempo, la sobrecarga asistencial, el burnout de los profesionales es la mecha que les ha dado oxígeno y les permite campar a sus anchas, llevándoselo “calentito”.

¿Ayudan los consejos de los «influencers» en materia psiquiátrica?

Estos todólogos suelen manejar conceptos que gustan y que son obvios a todo el mundo como: que, para alcanzar la superación personal, es esencial adoptar una actitud positiva y establecer metas claras; que hay que aprender de los fracasos y rodearse de personas sanas; que hay que tomarse tiempo para relajarse y cuidarse; que es útil aprender algo nuevo cada día. ¿Alguien duda de estos mensajes? Filosofía estoica sin base teórica.

El problema de estos mensajes es que no siempre se puede lograr, es más, a veces es imposible vivir de esa forma, y además desconocen la fisiología cerebral y sus reglas de funcionamiento. Ignoran que no somos tan libres como creemos y que la biología limita la forma de pensar de forma notoria.

Estos “charlatanes” repiten incansablemente consejos y sugerencias imposibles de lograr en muchos casos. Ignora el funcionamiento cerebral. Desconocen lo que es la salud y la evidencia científica. Hablan sin base y predican sin método. Lo peor es que sus palabras calan, porque quizá una gran parte de la sociedad actual necesita que se le engañe, busca la magia y las creencias ficticias, no quiere ver a realidad y prefieren huir por derroteros utópicos.

Por ejemplo, “los psicoinfluencers” hablan con profusión de la Autoayuda como un proceso para mejorarse a uno mismo o superar los propios problemas sin la ayuda de terceros. Es decir, su propuesta es afrontar los problemas personales o emocionales sin ayuda profesional, y para ello su terapia es: Leer más (establecerse como meta un libro nuevo cada mes), ver una película a la semana, realizar ejercicios de respiración y estiramientos concentrados, practicar la meditación, o darse masajes de barro o con piedras calientes. Como vemos obviedades, más o menos bien contadas.

El problema es que con frecuencia cuando una persona no se “cuida”, ni se “valora”, ni se “gusta”, todo ello en muchas ocasiones se debe a que está enferma. El descuido personal es habitualmente consecuencia de un trastorno, Lesión cerebral, Demencia, Depresión, Angustia, Trastorno de la personalidad, Psicosis, etc. Es decir, una enfermedad que afecta a la persona en su totalidad (niveles de energía, atención, habilidades organizativas y sociales, o la motivación personal) y eso no se mejora con los consejos que nos dan, sino acudiendo a los profesionales que llevan tiempo estudiando este y otros problemas y adquiriendo una experiencia diaria viendo personas que sufren y padecen.

Cinco razones sencillas para ir al psiquiatra y no fiarse de las Redes Sociales

  • Es un médico como otro cualquiera, y los médicos son los que se ocupan del tratamiento de la enfermedad
  • La frecuencia de las enfermedades mentales es muy elevada (30 % de los pacientes que van al Médico de Atención Primaria lo hacen por trastornos mentales).
  • Son los únicos que pueden diagnosticar y tratar las enfermedades mentales.
  • Las enfermedades mentales no son lo que la mayoría de la gente piensa, y hace falta hacer diagnósticos diferenciales con otros problemas de salud.
  • Estamos ante un problema sanitario que puede tener muchas implicaciones, legales, económicas, familiares, etc., pero hablamos de salud y enfermedad, no de buenos y malos, voluntad o pereza, adaptación o desadaptación.

Algunos comentarios vistos en las Redes Sociales

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