Es una alteración degenerativa, que se caracteriza por la presencia de sustancias anómalas, que se conocen como cuerpos y células de Pick, en el interior de algunas neuronas que se localizan en los lóbulos frontal y temporal. Suele afectar a pacientes en las edades medias de la vida; así, es de las demencias más frecuentes en los pacientes con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años.
Suele ser una demencia que progresa despacio, y la principal alteración clínica se encuentra en la esfera de la personalidad; los síntomas más llamativos son:
El diagnóstico se basa en los síntomas que presenta el paciente, ya que el comportamiento compulsivo y las alteraciones emocionales son evidentes desde el principio de la enfermedad. Entre las pruebas que se pueden realizar destacan: resonancia magnética del cerebro, EEG, examen del líquido cefalorraquídeo, tomografía computarizada de la cabeza, etcétera.
No se conoce cura para esta enfermedad, que llega a incapacitar totalmente al paciente. En su tratamiento se emplean antidepresivos y antipsicóticos para controlar los trastornos emocionales del enfermo, así como aquellos fármacos que contribuyan a aliviar otros trastornos asociados como problemas nutricionales y tiroideos, depresión, infecciones, anemia, etc.
Este tipo de demencia es la tercera causa de demencia en las personas ancianas, después del Alzheimer y de la demencia vascular (DV) y, como su nombre indica, la característica típica es la presencia de los denominados cuerpos de Lewy, que son depósitos anormales de proteína repartidos por todo el cerebro, que inciden sobre las funciones de ciertos neurotransmisores, alterando la percepción, el pensamiento y la conducta de los afectados. Los síntomas son:
El diagnóstico incluye exploraciones físicas y neurológicas que evalúen la capacidad funcional y expresiva del paciente, su memoria, y otras habilidades, además de realizar pruebas como TAC o resonancia magnética. Sin embargo, el diagnóstico definitivo solo se obtiene tras la muerte del paciente, al realizarle una autopsia.
No se conoce cura para esta demencia y el tratamiento debe ser personalizado porque la enfermedad provoca sensibilidad a determinados fármacos.
Esta enfermedad puede, en algunos casos, desarrollar un cuadro de demencia. De hecho, se reconoce que la propia enfermedad aumenta el riesgo de padecerla. Cuando se asocian, en este subtipo, el manejo del párkinson es más complicado conllevando mayores complicaciones y un mayor riesgo de mortalidad.
Sus síntomas son muy parecidos a la enfermedad de Alzheimer, distinguiéndose principalmente en que en esta la memoria diferida está severamente afectada y en la demencia ligada al párkinson puede estar intacta. Existe más afectación para la atención y la recopilación de la información en el entorno que una afectación específica de la memoria y del lenguaje.
Subtipo de demencia vascular que se debe a la hipertensión arterial y a la aterosclerosis, por lo que también se conoce como encefalopatía subcortical arteriosclerótica.
Esta demencia se debe a la degeneración de la sustancia blanca del cerebro a causa de la oclusión de los vasos sanguíneos cerebrales, que limita la cantidad de sangre que llega al cerebro en general, y a la sustancia blanca en particular. Las células cerebrales, privadas de oxígeno, se deterioran y mueren, lo que origina la demencia.
Los factores de riesgo que incrementan las posibilidades de aparición de este trastorno son:
Los síntomas suelen presentarse poco a poco, empeorando de forma progresiva, aunque, en ocasiones, se estabilizan e incluso mejoran. Las manifestaciones principales de esta enfermedad son:
El diagnóstico se determina mediante pruebas como la resonancia magnética y la tomografía computarizada del cerebro. También se puede realizar SPECT, que tiene por objeto identificar la degeneración de la función de la sustancia blanca cerebral.
No se conoce cura para esta enfermedad, y los fármacos que se administran al paciente tienen como objetivo controlar las patologías asociadas como la hipertensión, el hipercolesterolemia y la depresión, así como disminuir el riesgo de apoplejía.