La Consulta de Psiquiatría

En la consulta de psiquiatría veo con cierta frecuencia personas que sin tener una grave enfermedad psíquica, si sufren lo que llamamos coloquialmente ansiedad, alteración psíquica que se puede definir como un estado permanente de miedo, inseguridad y temor difuso a que les vaya a ocurrir en su vida una desgracia, un problema o un grave incidente, sin poder precisar en que puede consistir y sin que tengan ningún motivo justificado para pensar de esta forma. La ansiedad junto con la depresión son sin duda los diagnósticos más frecuentes de las personas que acuden a las consultas de psiquiatría en general, y a mi consulta de psiquiatría en particular.

Unos lo atribuyen a la forma de vida actual, basada en la cultura del envase que desprecia el contenido; otros a una falta de madurez emocional que nos conduce a una inseguridad en todo lo que se hace y se dice, y ello a su vez en una duda constante; no falta quien piensa que el aumento de algunas de las enfermedades psiquiátricas se debe a la ausencia de criterios morales y espirituales que nos marquen un rumbo estable y nos ayuden a vivir; por ultimo los hay también quienes creen que estas “alteraciones mentales” no son otra cosa que el fruto de una “psiquiatrización de la vida” y que realmente no existen sino que son un exceso de diagnósticos promocionados e incentivados con fines comerciales por la industria farmacéutica. Hay opiniones y criterios para todos los gustos y colores.

Lo que si sabemos hoy es que hay personas que desde que nacen son mas vulnerables a sufrir ansiedad. Hay sujetos que tienen una tendencia a responder de forma mucho mas intensa ante cualquier estímulo y sin que exista ningún factor ambiental o educacional tienen una “hipersensibilidad genética”. Por otro lado también sabemos hoy que el cerebro es capaz de modificarse durante toda nuestra vida, en unos casos será para bien al desarrollar nuevos circuitos útiles para una adaptación al medio. En otros para mal, al crear sistemas neuroquímicos inadecuados capaces de producir bloqueos y fallos. Pero lo que admite poca duda a fecha de hoy es que, si bien es cierto que se puede hablar de un predeterminismo biológico, no es menos cierto que con un enseñanza adecuada y con un entrenamiento constante podemos llegar a modificar esos sistemas y llegar a controlar nuestras emociones y conducta.

En algunos casos será necesario recurrir al uso de medicamentos que nos den aquello que biológica y genéticamente nos falta, pero en muchas otras ocasiones con psicoterapia, es decir, con un tratamiento y diferente de las ideas, de las emociones y de las conductas, podremos mejorar y conseguir recuperar el equilibrio perdido. Lo que no debemos hacer es resignarnos sin mas y aceptar aquello que la biología nos ha dado como si no fuera posible hacer nada mas que esperar a que el tiempo pase y nuestra existencia acabe.

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