La ciencia, el negacionismo y Miguel Bosé

La ciencia, el negacionismo y Miguel Bosé

Este caluroso martes, en plena canícula veraniega, participe en un programa de Cuatro Televisión, concretamente en Código 10 que presenta mi buen amigo, excelente periodista y gran criminólogo Nacho Abad. El tema era, a priori, interesante y tentador, las pseudoterapias y los problemas que pueden plantear.

Empezamos puntualmente y pasados los minutos iniciales y tras las presentaciones de rigor, el primer entrevistado fue un personaje curioso, peculiar, médico de profesión, residente en mallorca, ya jubilado en el sistema público, aunque seguía atendiendo pacientes, por cierto, gratuitamente, cuando los pacientes estaban, según nos dijo, “desahuciados o eran pobres”, al resto les cobraba 65 euros la consulta según nos dijo con gran espontaneidad. Nada más empezar la entrevista con el Sr. Ruiz me percaté que estábamos ante uno de esos profesionales sanitarios que se llaman negacionistas, aunque él no lo admitió con claridad.

El tema, aunque es recurrente, tenía especial interés periodístico y se trajo a colación, porque este fin de semana se va a celebrar en Mallorca un “encuentro” en el que participa un tal Pàmies (agricultor, sanador, precursor del MMS que le ha hecho muy famoso por sus curaciones con lejía, en esta ocasión respaldado por el afamado “Miguel Bosé”. No obstante, la asociación ‘Círculo Escéptico’ ha interpuesto una denuncia ante la Consejería de Salud del Govern balear contra la organización del evento, por lo que, cuando redacto estas líneas, no se sabe cómo acabará esta “jornada científica”.

El médico invitado, el Sr. Ruiz, habló y habló sin clarificar nada, es más, creando, al menos en mí, una gran confusión al mezclar teorías personales, dudas irracionales, ensalada de criterios, intentos de ser irónico y mordaz, y hasta salió a colación un loro que es quien, en ocasiones, los malpensados dicen que le acompaña pasando consulta.

Poco a poco, confieso, que de la perplejidad pasé a la irritación, mal hecho. Primero porque no se debe mostrar esa actitud en un medio público. En segundo lugar, porque el Sr. Ruiz, que no doctor Ruiz, tuvo un protagonismo inmerecido y perjudicial para la salud de quien oyera el programa. En tercer lugar, porque se le dio una publicidad gratuita y entre medias verdades y muchísimas falacias, tengo que reconocer que llevó la voz cantante y embaucó a una parte de la audiencia.

Se cuestionó la existencia de la COVID y por supuesto, la eficacia de la vacuna. Hizo un ataque furibundo a la medicina científica, incidió en la capacidad del sistema nervioso de producir “todas” las enfermedades del ser humano y nos habló de como su anciana madre, quien, no habiéndose vacunado, cuando lo hizo sin su permiso ni conocimiento, falleció a los 3 días, eso si, con 93 años de edad.

Ayer se habló en el fondo de algo que los doctores en medicina, cuando además somos psiquiatras, conocemos bien: “el pensamiento mágico”.

El invitado, D. Gabriel Ruiz, representante de alguna manera de este tipo de charlatanes, chamanes, curanderos, aunque tengan título de médico, hizo una apología de las pseudoterapias y del uso de “medidas naturales” como el hipoclorito sódico (lejía), agua de mar, acupuntura, magnetismo, etc. y nos dejó muy claro que él trataba los casos más difíciles, a los que la medicina oficial, según el rechazaba y abandonaba a su suerte, obteniendo resultados “espectaculares”.

No fue agradable la noche, lo reconozco, entre mi dolor de espalda fruto de una estenosis de canal y el caldeado ambiente en el plató confieso que no lo pase nada bien. Mi hijo, inteligente, siempre comedido y cauto como buen jurista que es, me hubiera dicho: ¿y para qué te metes en esos jardines? Y tengo que reconocer que no le falta razón.

La respuesta no la tengo clara. Quizá por vanidad, por creer en que hay que dar la réplica a este tipo de sujetos, por denunciar las estafas y fraudes que se siguen produciendo en una sociedad que “necesita” creer en que, si la medicina científica no cura, lo hará la “otra” medicina.

Cuando le dije al Sr. Ruiz, al hilo de una de sus quiméricas afirmaciones que: “solo se, que no se nada”, él se irrito disimuladamente, creyendo que era un ataque hacia su discurso. No sabía que era una frase de Platón sobre Sócrates, justamente en sentido contrario a su interpretación.

En fin, solo me queda esperar y desear que este “festival mallorquín” de la charlatanería y de la anti medicina no se celebre por el bien y la salud de todos los ciudadanos.

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