16 May El Informe Pericial para Determinar la Salud Mental en los Permisos de Armas
El Informe Pericial para Determinar la Salud Mental en los Permisos de Armas
El informe pericial para determinar la salud mental en los permisos de armas, en el momento actual es, sencilla y llanamente, inexistentes. O, mejor dicho, existen sí, pero lamentablemente, no sirven para nada.
A fecha de hoy se puede afirmar sin exagerar lo mas mínimo, que no se hace ninguna prueba mínimamente objetiva para saber cual es la salud mental del que solicita el certificado, y la valoración tampoco la hace ningún especialista en psiquiatría.
Por eso, lo sorprendente es que en nuestro país no pasen mas desgracias como las que recientemente hemos visto y oído. Un muchacho joven, afecto de una enfermedad psíquica importante, tenia permiso de armas. Y ese permiso le facilitó ejecutar con un tiro en la cabeza a su novia y después suicidarse él con la misma arma.
El informe pericial, por que estricto senso, los informes médicos que habilitan para el manejo de armas deberían ser informes periciales, es decir, informes realizados por expertos para informar a la autoridad (judicial o administrativa) de un determinado hecho, dejan mucho que desear. Se realizan dejando la aptitud casi en manos del propio solicitante del certificado, quien puede contar o relatar lo que quiera, ya que el “experto” no dispone de ningún medio para confirmar o contrastar si lo que le cuentan es verdad o no lo es.
Esta practica debe de cambiar urgentemente, tal y como se lleva acabo no tiene ninguna utilidad, o mejor dicho si, la de dar de comer a los centros habilitados para estos menesteres y la de cubrir las formas con unos certificados mas que cuestionables.
Los reconocimientos actuales no permiten descartar alteraciones psiquiátricas por groseras que estas sean, ya que como manifestaba un director de estos centros en los medios, “ellos tienen que fiarse de lo que les cuentan y además no tienen acceso a los historiales médicos de los que pasan el reconocimiento ni les pueden pedir ninguna determinación de psicofármacos”. Es decir, se paga la tasa, y pasados unos minutos se tiene superada la prueba: patético y peligroso.
Una vez mas hasta que no hay desgracia nadie se percata de ello. Ahora habrá unos días de malestar y pronto volverá la calma y las cosas seguirán, lamentablemente, igual. Se paga se pasa el paripé y todo solucionado. Y esto seria aplicable también a los reconocimientos de conducción de vehículos y otros de semejantes características.
Si no se cambian de forma radical estos reconocimientos o pruebas medicas, lo mas coherente sería dejar de hacer la pantomima, pagar las tasas correspondientes (eso por supuesto), y no hacernos perder el preciado tesoro del tiempo.
El informe pericial para determinar la salud mental en los permisos de armas, en el momento actual es, sencilla y llanamente, inexistentes. O, mejor dicho, existen sí, pero lamentablemente, no sirven para nada.
A fecha de hoy se puede afirmar sin exagerar lo mas mínimo, que no se hace ninguna prueba mínimamente objetiva para saber cual es la salud mental del que solicita el certificado, y la valoración tampoco la hace ningún especialista en psiquiatría.
Por eso, lo sorprendente es que en nuestro país no pasen mas desgracias como las que recientemente hemos visto y oído. Un muchacho joven, afecto de una enfermedad psíquica importante, tenia permiso de armas. Y ese permiso le facilitó ejecutar con un tiro en la cabeza a su novia y después suicidarse él con la misma arma.
El informe pericial, por que estricto senso, los informes médicos que habilitan para el manejo de armas deberían ser informes periciales, es decir, informes realizados por expertos para informar a la autoridad (judicial o administrativa) de un determinado hecho, dejan mucho que desear. Se realizan dejando la aptitud casi en manos del propio solicitante del certificado, quien puede contar o relatar lo que quiera, ya que el “experto” no dispone de ningún medio para confirmar o contrastar si lo que le cuentan es verdad o no lo es.
Esta practica debe de cambiar urgentemente, tal y como se lleva acabo no tiene ninguna utilidad, o mejor dicho si, la de dar de comer a los centros habilitados para estos menesteres y la de cubrir las formas con unos certificados mas que cuestionables.
Los reconocimientos actuales no permiten descartar alteraciones psiquiátricas por groseras que estas sean, ya que como manifestaba un director de estos centros en los medios, “ellos tienen que fiarse de lo que les cuentan y además no tienen acceso a los historiales médicos de los que pasan el reconocimiento ni les pueden pedir ninguna determinación de psicofármacos”. Es decir, se paga la tasa, y pasados unos minutos se tiene superada la prueba: patético y peligroso.
Una vez mas hasta que no hay desgracia nadie se percata de ello. Ahora habrá unos días de malestar y pronto volverá la calma y las cosas seguirán, lamentablemente, igual. Se paga se pasa el paripé y todo solucionado. Y esto seria aplicable también a los reconocimientos de conducción de vehículos y otros de semejantes características.
Si no se cambian de forma radical estos reconocimientos o pruebas medicas, lo mas coherente sería dejar de hacer la pantomima, pagar las tasas correspondientes (eso por supuesto), y no hacernos perder el preciado tesoro del tiempo.
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