Emociones, Autoestima y Bienestar

Emociones, autoestima y bienestar están íntimamente unidos es algo que se conoce desde hace mucho pero a toque no se presta suficiente atención.

El bienestar personal de un individuo está determinado por un número complejo de factores, como la suerte o la genética y sobre los que las personas pueden ejercer muy poco control. Sin embargo, en el bienestar personal también intervienen otros factores sobre los que las personas ejercen control en mayor o menor medida. Estos factores son, entre otros, el control de las emociones negativas, la capacidad de tener expectativas, fijarse metas realistas que se puedan cumplir, lo que conduce a una mayor estabilidad personal.

La importancia que las emociones tienen sobre nuestro proyecto vital están claramente demostradas. En este sentido debemos tener presente las siguientes ideas clave:

• Las emociones desempeñan un papel muy importante en el ámbito laboral y personal.
• De la ira al entusiasmo, de la frustración a la satisfacción, cada día nos enfrentamos a emociones propias y ajenas.
• La clave está en utilizar las emociones de forma inteligente, para que trabajen en beneficio propio, de modo que nos ayuden a controlar nuestra conducta y pensamientos y conseguir mejores resultados.
• Cada uno de nosotros influye en el estado de ánimo de los demás.
• Es natural influir en el estado emocional de otra persona, para bien o para mal; lo hacemos constantemente, “contagiándonos” las emociones como si fueran el más poderoso “virus social”.
• Hoy la tendencia mundial en la demanda de recursos humanos (especialmente ejecutivos), es valorar mas la capacidad de interrelación emocional que la capacitación técnica.
• No basta con un alto coeficiente intelectual para triunfar profesionalmente, para competir o para desarrollar una empresa.
• Cada vez mas se requiere un control emocional adecuado, que nos permita tener una interacción armónica en nuestro ambiente laboral.
• La inteligencia emocional no es una varita mágica y no garantiza en una empresa una mayor participación en el mercado ni un rendimiento más saludable.
• La vida de toda corporación es extraordinariamente fluida y compleja y ninguna intervención, ni cambio por sí solo, puede arreglar todos los problemas. Pero si se ignora el ingrediente humano, nada de lo demás funcionará tan bien como debería. Las empresas cuya gente colabora más y mejor tienen ventaja competitiva.
• Las facultades de la inteligencia emocional son sinérgicas con las cognitivas; los trabajadores excelentes poseen las dos.
• Cuanto más complejo es el trabajo, más importante es la inteligencia emocional, aunque sólo sea porque la deficiencia en estas facultades puede dificultar la aplicación de la pericia técnica y del intelecto que se tenga.

De todos estos aspectos hablaremos en el curso emociones y desarrollo personal que vamos a desarrollar en UNED ILLES BALEARS