La característica básica de este trastorno es una alteración sexual clínicamente significativa que produce malestar marcado y dificultad en las relaciones interpersonales (Criterio A). La historia, la exploración física y los análisis complementarios prueban que el trastorno se explica en su totalidad por el consumo de sustancias, sean estas drogas, psicofármacos o tóxicos (Criterio B); y, que la alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno sexual primario (Criterio C).
Los síntomas del trastorno se desarrollan durante o dentro de los treinta días siguientes a la ingesta de sustancias tales como el alcohol, anfetaminas, cocaína, u otras. En cada caso debe especificarse si desmejora el deseo, la excitación, el orgasmo, o si aparece dolor ligado al coito.