Hoy no basta con un alto coeficiente intelectual (C.I.) para triunfar profesionalmente, se requiere además que la llamada inteligencia emocional sea también elevada (I.E.), siendo este un parámetro mas importante si cabe que la llamada inteligencia abstracta.
Un control emocional adecuado nos permite tener una interacción armónica en nuestro ambiente laboral. Si se ignora el ingrediente humano, la evolución de una empresa será negativa. En cambio, en las empresas cuya gente colabora mejor tienen ventaja competitiva. Las facultades de la inteligencia emocional son sinérgicas con las cognitivas; los trabajadores excelentes poseen las dos.
La “inteligencia emocional” es la capacidad de interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada. También se puede definir como el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social.
La emoción es un estado afectivo con un gran componente genético, que se produce como reacción ante al ambiente y que se acompaña de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos).
Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y pasajeras., no obstante, se pueden modular y podemos aprender (entrenarnos) a expresarlas de una forma eficaz y adecuada.
1. Temblor
2. Sonrojo
3. Sudoración
4. Respiración agitada
5. Dilatación pupilar
6. Aumento del ritmo cardíaco