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¡Cómo ser padres y no morir en el esfuerzo!

¡Cómo ser padres y no morir en el esfuerzo!

Con este titulo tan conocido y utilizado en manuales y conferencias, pero a la vez tan explicativo, empieza el manual que hace dos meses salió a la venta, y que por lo que nos cuentan esta teniendo gran aceptación: “Educar es ser un espejo. Una aproximación a la salud mental”, del que tengo el gusto de ser coautor junto a la periodista y presentadora televisiva Lorena García Diez.

Aceptar con gusto y agrado la responsabilidad de traer hijos a este mundo es, ante todo, un acto de generosidad y de madurez. Generosidad por que es una inversión a fondo perdido; y de madurez por que el que lo realiza sabe que la tarea es ardua, a veces compleja y en muchas ocasiones extremadamente difícil.

El que las cosas vayan por un camino u otro depende, en mi opinión, de dos factores esenciales. Por un lado, de la salud que los padres tengan, y que van a transmitir a los hijos a través de la herencia; y por el otro de la relación que tengan unos y otros en los primeros años de la vida, en todo caso antes de la adolescencia, es lo que ahora se llama epigenética.

Los niños, la inmensa mayoría de los niños, son como la arcilla que tiene el alfarero entre sus manos. Si con el paso del tiempo sale un bonito jarrón o un magma informe depende de las manos que lo hayan tratado. Cierto que a veces la arcilla puede ser defectuosa y por mucho que se esfuerce el alfarero no va a poderle dar la forma deseada, pero en otros casos, quizá la inmensa mayoría, son las habilidades y destrezas del artista las que no han sabido esculpir y modelar lo que la naturaleza les ha puesto entre las manos.

La educación debe ser la base para que los niños crezcan

Quede claro que cuando hablamos de padres no solo nos referimos a ellos estrictamente aunque si primordialmente, si no a todos los que de una forma u otra intervienen en la educación de la persona: familia, maestros, profesores, gestores académicos, políticos, esto es, toda la sociedad en su conjunto.

Venimos insistiendo en que la salud (mental y física) requiere comunicación, coherencia, saber cuales son los límites y saberlos imponer si llega el caso, tener unas metas y objetivos precisos y hasta donde podemos llegar, tanto en la conducta y comportamiento como en otros menesteres como la alimentación, el ejercicio físico, los ritmos del sueño, las relaciones afectivas o el trabajo. De nada sirve conseguir mucho dinero si la vida familiar y afectiva es un desastre; o al revés si no tenemos lo esencial para una vida digna, los proyectos y metas se convierten en deseos imposibles.

¡Querer no siempre es poder! No se deje engañar por esas teorías tan de moda hoy, excesivamente simplonas, demasiado positivas y en exceso complacientes. La realidad, aunque siempre puede ser interpretable, también invariablemente tiene unos parámetros objetivos a los que tenemos que ceñirnos.

De poco vale gritar repetidamente que “la vida es bella”, cuando cada dia el infante/adolescente/joven/adulto/anciano comprueba que ello no es así. Es mejor advertir y conocer los riesgos, que luego lamentarnos de los hechos.

Aquí les dejo un audio del programa “Madre esfera» por si les resulta interesante.

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José Carlos Fuertes

Doctor en Medicina Especialista en Psiquiatría. Profesor Extraordinario de la Universidad de Zaragoza.

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José Carlos Fuertes